Quiero hablar del “milagro” de la terapia breve, pero como dice Karin no es un “milagro”: es el modelo. Yo estoy comenzando en esta mirada, y me sorprende como se pueden producir estos cambios increíbles.
Lolle es un adolescente trans de 17 años de edad, llega a la consulta en compañía de su madre. Viven solos desde que el padre formó otro hogar cuando Lolle tenía 10 años. La madre consulta porque su hijo tiene crisis de ira, lo que se traduce en tirar las cosas al suelo y responderle a ella con gritos, ante lo cual ella dice reaccionar con mucho miedo y quedándose en silencio porque está sobrepasada. También reporta que Lolle llora mucho.
Lolle dice en la tercera sesión que tiene “vacíos”, siente que tiene muchas partes de él, dentro suyo con distintas características, tienen emociones y pensamientos propios. Si bien él sabe que es él mismo, estos “vacíos” le hablan, los escucha dentro de su cabeza, tienen nombres propios y lo visitan ante situaciones emocionalmente fuertes o difíciles de manejar por él. Por ejemplo cuando se pelea con su madre o con algún compañero de colegio pero también pueden aparecer ante emociones de placer. Lo que a él le complica es que estos vacíos aparecen, salen de él sin aviso el sólo siente que se pierde en el mismo pero luego vuelve sin recordar nada de lo sucedido. Lo angustia mucho, el no saber que pasa en esos momentos donde salen los “vacíos”. Les presentamos los “vacíos”: son ocho. Lincoyan el organizador o el conserje, Salvador el cuidador y ayudante, Lucas la ira descontrolada, Khenji, ira con motivo, Iván el llorón del grupo, Vani, es el más pequeño, amable y dulce, Amay la única mujer la que tiene su experiencia guardada en sus recuerdos e Iraitz, es una emoción como un slime, algo fluido.
En una de las sesiones aparece de imprevisto Lincoyan, debo confesar que fue una sorpresa para mí y recordé las palabras de Karin “el lenguaje del cliente”, así que converse con él, y le aclare en un tono muy serio que las sesiones eran para Lolle, que haría una excepción y hablaría con él, que si estaba en las sesión era para poder ayudar a Lolle. Lincoyan reacciona muy amable lo comprende, se consulta como poder apoyar a Lolle, y si el estaría de acuerdo con integrarse a Lolle, ante lo cual el dice que si, que el lo ayuda a ser muy organizado le da el orden y que entiende que Lolle lo está pasando mal, se le pregunta cómo puede ayudar y que debe hacer Lolle para poder integrarlo.
Se comenzó a trabajar con sus vacíos en sesión, lo que ha aparecido hasta el momento es Lincoyan y Vani. Luego de trabajar con ellos se le cuenta al cliente que es lo que ellos sugerían para poder ir integrándose, también se le da como tarea, que les pregunte que creen que cada uno necesita o de cómo quieren hacerlo.
Cada vacío tiene su orden de integración, según Lolle, se hace un organigrama en donde él es el presidente de la compañía y decide que puesto ocupa cada vacío. También cada uno tiene un ritual para poder ir integrándose, Vanni por ejemplo quiere salir al parque y comerse unos chocolates.
De todos los que vacíos el que más preocupa a Lolle y asusta es Lucas, (a mí también) se trabaja con Lolle que estar siempre enojado es una tarea grande que probablemente eso cansa mucho, finalmente el que se enoja se lleva todo el trabajo, que se merece un descanso también. A la siguiente sesión el cliente dice haber hablado con Lucas y que ya no le tiene miedo, sino que lástima que en realidad él no es malo, sino que le quitaron lo bueno. Luego se acuerda que Iván venga a sesión, sin embargo, eso no ocurre, al preguntar porque, Lolle dice que tiene otras cosas más relevantes de las cuales conversar, que Iván quiere salir, pero él no lo autoriza. Se le pregunta, que como hace eso, ¿parece que ahora tú decides si ellos salen o no?, lo que antes no era posible, porque salían cuando ellos querían y sin control. Me dice que, sí que ahora son una familia funcional, que él se siente poderoso porque puede llamarlos cuando él quiera, el decide como y cuando llamarlos.
El cambio con Lolle fue primero hablar de los vacíos, hacer lo contrario que estaba haciendo él, su mamá y su psiquiatra, sacar a los “vacíos” (tema terapéutico), su psiquiatra tampoco quería hablar de ellos, su madre tenía temor y Lolle también, no quería hablar de ellos por temor que pensarán que estaba “Loco” lo cual hacía que aparecieran cada vez más vacíos y con sensación de no tener el control sobre ellos. En sesión se habló y se invitó a sus vacíos, lo cual permitió que el cliente tuviera control sobre ellos y pudiera decidir llamarlos cuando los necesitara.